TEHERAN - Un cinturón con explosivos, un submarino de fabricación casera y varios vehículos blindados que pertenecieron al grupo terrorista ISIS están expuestos al público en Irán para que los crímenes cometidos por el grupo terrorista no queden en el olvido.
Fueron logrados como botín en operaciones comandadas en Siria e Irak por el fallecido general de la Guardia Revolucionaria iraní Qasem Soleimaní, cuya imagen es omnipresente en esta exhibición inaugurada recientemente con el objetivo de recordar su lucha contra el Dáesh (acrónimo en árabe de ISIS).
"Exhibimos los equipos usados para fines militares y para cometer atentados suicidas del Dáesh y hemos dedicado un espacio a los países que hasta la actualidad han tenido actividad y logros en el área de la resistencia", explica a Efe Moytaba Ebadí, responsable de asuntos internacionales del Museo de la Sagrada Defensa.
Este museo de Teherán, consagrado a la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), ha destinado su sala denominada panorama a la participación iraní en la lucha contra ISIS en Siria e Irak, países a los que Teherán apoyó con asesores militares y milicianos chiíes.
Entre los objetos incautados al grupo yihadista y expuestos en el panorama destaca un dron de identificación, el citado cinturón que no llegó a detonar y distintos tipos de armas y documentos, todos originales.
También hay varios vehículos blindados, algunos con impactos de bala, que fueron rediseñados por ISIS para ser usados en sus operaciones de atentados suicida.
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"Dejaron solo la silla del conductor y eliminaron el resto para poder colocar adentro más cantidad de municiones y explosivos", precisa a Efe uno de los guías del museo, Hosein Naderí.
Uno de los pocos elementos que no es original es una gran representación de una jaula de hierro que describe, junto a imágenes reales difundidas por los medios de propaganda ISIS, su uso para atroces torturas.
"Dáesh en estas jaulas torturaba a sus cautivos, les ataba las manos y los quemaba o los ahogaba en el río o en el mar. Unas torturas horribles nunca vistas", detalla Naderí mientras pasea entre las vitrinas.
También se muestran otras imágenes recuperadas de los videos de ISIS sobre la destrucción de obras y monumentos históricos y de lugares de culto como iglesias, así como de las ejecuciones de rehenes.
Otro de los puntos fuertes es "un mapa imaginario" en blanco y negro que presenta las zonas que ISIS pensaba ocupar y tener bajo su dominio: grandes partes de Asia, Europa y norte de África.
Algunos países de estos continentes tienen un lugar especial en el museo. Son aquellos que han sido víctimas del terrorismo y han luchado contra esta lacra y entre los que se incluye a los territorios palestinos, el Yemen, Líbano, Irak, Baréin, Afganistán, Siria y Bosnia y Herzegovina.
Una serie de documentos e imágenes hace referencia a la historia de la lucha de estos países con el objetivo de representar la unidad de los musulmanes en la resistencia, sea contra el terrorismo o contra sus dictadores, bajo el prisma de la política iraní.
El gran exponente de este concepto de resistencia es Soleimaní, elevado a "héroe y mártir" en Irán tras su asesinato en un bombardeo estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad en enero pasado.
Este general era el encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución y estuvo presente sobre el terreno en Siria e Irak, supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países y desempeñando un papel destacado en los conflictos de toda la región.
La estatua del que fue comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria y decenas de sus fotografías en el campo de batalla pueblan el panorama, un edificio con cúpula situado en el jardín del Museo de la Sagrada Defensa, que cuenta con una superficie de unos 220,000 metros cuadrados.
Entre las abundantes imágenes de Soleimaní hay algunas con carácter simbólico. Una de ellas muestra a Supermán junto al general iraní para transmitir que los superhéroes de Estados Unidos son ficticios y los de Irán, verdaderos.
El museo con los botines de ISIS iba a ser inaugurado el pasado 6 de enero con la presencia de Soleimaní, pero la apertura se pospuso debido a la muerte del general tres días antes, que también motivó un cambio de nombre.
El panorama del museo previamente estaba dedicado a la resistencia y liberación de la ciudad iraní de Jorramshahr durante la guerra entre Irán e Irak, que fue por un tiempo conquistada por las tropas iraquíes.
La idea era transformarlo en una exposición permanente bajo el lema de la resistencia de los países islámicos y contra el terrorismo pero, según el responsable Ebadí, tras el asesinato del comandante iraní pasó a convertirse en "el panorama del general mártir Qasem Soleimaní".