KABUL - Al menos diez personas murieron el lunes, en su mayoría civiles, y otras 32 resultaron heridas en un atentado talibán con un camión cargado de explosivos que tenía como objetivo una base de las fuerzas de seguridad en el sur de Afganistán, pero que sin embargo afectó sobre todo a las casas y tiendas colindantes.
El atentado tuvo lugar anoche en el distrito de Maiwand, en la conflictiva provincia de Kandahar, contra una base de las fuerzas de seguridad destinadas a proteger la carretera Kandahar-Helmand, afirmó el lunes a Efe el portavoz de la Policía provincial, Jamal Naser.
La explosión se produjo en la primera entrada de la base, en un área rodeada de tiendas y viviendas, por lo que la mayoría de las víctimas en el atentado son civiles, explicó a Efe el gobernador del distrito, Hajji Obaidullah.
Entre los diez muertos hay un policía, además de "mujeres, niños y vendedores", después de que "varias casas y comercios fueran parcialmente destruidos debido a la intensidad de la explosión", añadió Obaidullah, mientras que otras 32 personas resultaron heridas.
Un oficial de la administración local, que pidió el anonimato, detalló a Efe que entre los 32 heridos hay 16 policías y el mismo número de civiles, incluidos mujeres y niños.
Los talibanes, en un escueto comunicado, reivindicaron la autoría del atentado.
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"Anoche se llevó a cabo una explosión táctica contra una importante base de las fuerzas de seguridad de la unidad de protección vial, en la que varios miembros de las fuerzas de seguridad murieron y resultaron heridos, y también se destruyeron varios vehículos", afirmó el portavoz talibán Qari Yusuf Ahmadi.
Este atentado se produce a pesar de que el pasado septiembre comenzaron en Doha las conversaciones de paz entre representantes de los talibanes y del Gobierno afgano para tratar de poner fin de manera dialogada a casi dos décadas de guerra en Afganistán.
Uno de los principales objetivos de la administración de Kabul era que se declarase cuanto antes un alto el fuego tras el inicio de las conversaciones, pero los talibanes han insistido en que los combates contra las fuerzas de seguridad afganas forman parte de su yihad o guerra santa y no la detendrán hasta que sean derrocados.