El 10 de septiembre ya tenía un lugar en la memoria colectiva de los floridanos debido al devastador huracán Irma que azotó el estado hace seis años. Este año, la fecha adquiere una urgencia añadida al coincidir con el pico de la temporada ciclónica 2023.
En 2017, el huracán Irma tocó tierra cerca de Marco Island, impactando prácticamente cada rincón del estado. Bayshore Boulevard en Tampa se convirtió en un espectáculo surrealista: el mar se retiró completamente antes de volver y elevar el nivel del agua en tres pies. El legado de Irma sigue siendo una dolorosa memoria para muchos residentes, como testimonio de la fuerza implacable de la naturaleza.
Mientras se conmemora este evento, los meteorólogos alertan sobre la actividad actual en el Atlántico. Ya hay cuatro sistemas bajo vigilancia, lo que impulsa a las autoridades y residentes a reforzar sus medidas preventivas. "Estamos preparados, pero la incertidumbre siempre está ahí", dice Chelitza Rausseo, quien ya ha tomado precauciones como resguardar documentos importantes y almacenar alimentos no perecederos.
Este 10 de septiembre sirve tanto como una lección de historia como una advertencia para el presente. Se hace un llamado a la comunidad a mantenerse informada y preparada, recordando que, como lo demostró Irma, los fenómenos naturales pueden ser tanto impredecibles como destructivos.
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