TEXAS — La ejecución de Robert Roberson en un polémico caso de muerte por "síndrome de bebé sacudido" que ha causado controversia entre políticos, defensores y médicos, podrá llevarse a cabo tras meses de retrasos, según una decisión de la Corte Suprema de Texas.
Estaba previsto que Roberson, un hombre de Texas condenado por matar a su hija de 2 años, Nikki Curtis, muriera por inyección letal el 17 de octubre, pero su ejecución se retrasó después de que la Corte Suprema de Texas respaldara el fallo de un tribunal de distrito del estado horas antes de la ejecución.
Roberson, de 57 años, ha mantenido su inocencia durante todo el juicio y ha suplicado clemencia al estado, pero la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas se lo denegó.
"La disputa ante nosotros no tiene nada que ver con la culpabilidad o inocencia de Roberson o con la idoneidad de su sentencia, y no expresamos ninguna opinión sobre esos asuntos penales, dijo la Corte Suprema de Texas en su fallo el viernes.
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La Comisión de Jurisprudencia Penal de la Cámara de Representantes había emitido una orden de comparecencia el mes pasado para que Roberson testificara, lo que finalmente retrasó su ejecución. Sin embargo, su testimonio se vio envuelto en otra batalla legal.
Su equipo de defensa quería que Roberson fuera trasladado de la prisión a la capital texana de Austin para testificar en persona ante el comité. Los legisladores, sin embargo, no estuvieron de acuerdo y sostuvieron que Roberson podría testificar a través de una videollamada mientras estaba encarcelado.
"Concluimos que, en estas circunstancias, la autoridad de la comisión para obligar a prestar testimonio no incluye la facultad de anular el proceso legal programado que conduce a una ejecución," la Corte Suprema de Texas dijo.
EEUU
Roberson sería la primera persona ejecutada en Estados Unidos en un caso de "síndrome del bebé sacudido".
Defensores y legisladores bipartidistas argumentaron que la sentencia en el caso de Roberson se basaba en pruebas científicas defectuosas que afirmaba que Nikki murió tras ser violentamente sacudida. Los abogados de Roberson, incluida la abogada Gretchen Sween, que se unió a su caso en 2016, afirman que nueva evidencia muestra que los investigadores no tuvieron en cuenta los problemas de salud previos de Nikki, incluyendo neumonía.
Por otra parte, algunos políticos, como el fiscal general de Texas, Ken Paxton, calificaron los llamamientos para detener la ejecución de Roberson como "maniobras que intentan oscurecer los hechos y reescribir su pasado", citando el informe de la autopsia de la niña que mostraba que había muerto por lesiones en la cabeza y el testimonio de la Dra. Jill Urban, que llevó a cabo la autopsia.
No se ha fijado una nueva fecha de ejecución para Roberson.