WASHINGTON — Donald Trump firmó el lunes una orden ejecutiva en la que encarga al secretario de Defensa, Pete Hegseth, que revise la política del Pentágono sobre las tropas transgénero, lo que podría desencadenar una futura prohibición a su incorporación al servicio militar.
También ordenó la reincorporación de soldados que se habían ido voluntariamente o fueron expulsados por rechazar las vacunas contra el COVID-19, esbozó nuevos retrocesos en los programas de diversidad y dispuso el despliegue de un escudo de defensa antimisiles basado en el espacio para Estados Unidos, todo en el primer día de Hegseth.
Trump y Hegseth habían descrito parte de las órdenes anticipadas durante el día, pero el texto exacto no dio a conocer hasta el lunes por la noche.
Orden sobre tropas transgénero
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Se esperaba ampliamente un veto a las tropas transgénero, y la orden de Trump prepara en gran medida el terreno para una futura prohibición, pero pide a Hegseth que proponga cómo se implementaría la política.
En la orden, Trump afirmó que el servicio de las tropas que se identifican con un género diferente al biológico “entra en conflicto con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable, veraz y disciplinado, incluso en su vida personal” y es perjudicial para la preparación militar, lo que exige una política revisada para abordar el asunto.
El mandatario ya había intentado prohibir los soldados trans en su primer mandato, pero el tema pasó años en los tribunales y fue anulado por su sucesor, Joe Biden, poco después de llegar a la Casa Blanca.
Dos grupos, Lambda Legal y Human Rights Campaign, que representaron a las tropas transgénero la primera vez, se comprometieron a volver a luchar.
“Ya hemos estado aquí antes y hace siete años pudimos bloquear con éxito el esfuerzo del gobierno anterior”, dijo Sasha Buchert, de Lambda Legal. “No solo es una medida cruel, compromete la seguridad y la defensa de nuestro país y es particularmente peligrosa e incorrecta. Como prometimos entonces, así lo hacemos ahora: demandaremos”.
Defensa antimisiles basada en el espacio
Durante su primera mandato, Trump estableció el Comando Espacial y la Fuerza Espacial, que acaba de celebrar su quinto aniversario. El espacio sigue siendo una prioridad para el presidente, quien ahora ha perdido al Pentágono que comience a desarrollar la capacidad de derribar misiles desde el allí.
Durante años, Estados Unidos ha advertido que China, Rusia y otros estaban militarizando el espacio. En ocasiones ha desclasificado información sobre los esfuerzos de ambos países para crear armas ofensivas para deshabilitar satélites críticos estadounidenses, incluyendo la capacidad de mover satélites de su órbita, cegarlos temporalmente o incluso destruirlos.
La Fuerza Espacial está construyendo un anillo de satélites duplicados en órbita baja que pueden rastrear y detectar lanzamientos de misiles más rápidamente.
Pero establecer una opción para derribar misiles desde el espacio es algo que Washington no se había propuesto desde que Ronald Reagan anunció la Iniciativa de Defensa Estratégica, conocida comúnmente como “guerra de las galaxias”, en la década de 1980. El sistema nunca llegó a desarrollarse por su costo y las limitaciones tecnológicas.
En su orden, llamada “una Cúpula de Hierro para Estados Unidos”, Trump pidió un sistema de defensa de antimisiles multinivel capaz de contrarrestar una serie de amenazas al país, que incluye el desarrollo y despliegue de interceptores basados en el espacio.
Vacunación contra el COVID-19
Al menos 8,200 soldados fueron expulsados del ejército en 2021 por negarse a obedecer una orden legal al rechazar la vacuna. En 2023 se les informó que podrían regresar a la institución, pero solo 113 se han vuelto a alistar.
El proceso de reincorporación para quieran regresar exige que cumplan con los estándares de entrada al ejército. Trump y Hegseth han afirmado constantemente que no se deben rebajar estos requisitos.
“Ofreceremos la reincorporación completa a cualquier miembro que haya sido expulsado de las fuerzas armadas debido al mandato de la vacuna COVID”, dijo Trump a una multitud republicana en el Trump National Doral Miami, un complejo turístico de su propiedad. “Y los reincorporaremos en su rango anterior con salario completo”.
Además de a quienes rechazaron la vacuna, la orden extiende la misma oferta a cualquiera que firme una declaración jurada asegurando que abandonó el servicio voluntariamente para evitarla.
Se espera que la orden no tenga un gran impacto en el número de reincorporaciones, pero podría afectar al presupuesto si éstas aumentan ya que se contempla el pago retroactivo.
Para regresar, tendrían que cumplir con los requisitos de peso, aptitud física, condición médica y otros, y podrían ser rechazados si ahora tienen antecedentes penales u otro factor descalificante. Los oficiales tendrían que ser recomisionados, lo cual es un proceso de nombramiento simple.
Según las autoridades, 3,748 marines se dieron de baja, de los cuales 25 optaron por volver a alistarse. Lo mismo ocurrió con 1,903 soldados del ejército, de los cuales regresaron 73 regresaron; con 1,878 marineros (con dos regresos) y 671 aviadores (13 reincoporaciones).
El Pentágono hizo obligatoria la vacuna COVID-19 en agosto de 2021 para todos sus miembros, incluyendo la Guardia Nacional y la Reserva. El entonces secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo que vacunarse era crítico para mantener una fuerza sana y lista que pudiera estar preparada para defender a la nación.
El Pentágono eliminó formalmente el mandato en enero de 2023.
Los funcionarios de Defensa dijeron entonces que muchos miembros del servicio parecían usar la obligatoriedad de la vacuna como una vía para abandonar de forma rápida y sencilla sus obligaciones de servicio.
Iniciativas DEI
Como se esperaba, Trump emitió también una orden general para abolir todos los programas, iniciativas y menciones de diversidad, equidad e inclusión en todo el Departamento de Defensa y la Guardia Costera, que depende del Departamento de Seguridad Nacional.
La orden busca eliminar “cualquier vestigio” de las iniciativas que buscan “promover un sistema de preferencias basado en la raza que subvierte la meritocracia, perpetúa la discriminación inconstitucional y promueve conceptos divisivos o ideología de género”.
Prohíbe a los departamentos promover o seguir teorías “no estadounidenses” que sugieran que los documentos fundacionales de la nación son racistas o sexistas, que discutan la ideología de género y que promuevan conceptos divisivos como “estereotipos de raza o sexo”.
La orden indica que los secretarios de Defensa y Seguridad Nacional deben emitir directrices para implementar la orden en 30 días. Además, pide una revisión para encontrar cualquier ejemplo de acciones tomadas en favor de las DEI, que deberá ser entregada al secretario de Defensa en 90 días.
En seis meses, ambos secretarios tendrán que presentar un informe a la Casa Blanca que describa su progreso.
El Pentágono ya había estado tomando medidas para cumplir con la acción inicial de Trump de poner fin a los programas DEI en todo el gobierno de Estados Unidos, que ya ha tenido consecuencias de gran alcance. Sin una directriz más clara, las agencias adoptaron un enfoque amplio para eliminar cualquier contenido que pareciera contravenir la prohibición de Trump.
Eso incluyó, temporalmente, videos de los legendarios aviadores de Tuskegee y las Pilotos de Servicio Aéreo de la Fuerza Aérea de la Segunda Guerra Mundial, o WASPs, que formaban parte de los cursos de capacitación DEI para el entrenamiento militar básico de la Fuerza Aérea. Los videos sobre los aviadores de Tuskegee y las WASPs fueron eliminados y los cursos se retiraron la semana pasada, lo que causó un gran revuelo.
La Fuerza Aérea aclaró el domingo que los cursos se retiraron para ser editados, pero que el contenido relativo a los aviadores de Tuskegee y WASP se seguirá enseñando.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa. Un editor de Telemundo Digital revisó la traducción.
