Una mujer que estuvo desaparecida durante varios días después de caer en un socavón de tres pisos de profundidad en el oeste de Pensilvania, fue encontrada muerta, informó WPXI, afiliada de NBC10.
El lunes dos de diciembre de 2024, alrededor de las 5:00 p.m., Elizabeth Pollard, de 64 años, condujo hasta el restaurante Union en Marguerite, una comunidad del condado Westmoreland a unas 40 millas (65 kilómetros) al este de Pittsburgh.
Pollard, que era una gran amante de las mascotas, según su hijo Axel Hayes, se dirigió al restaurante alrededor de las 5:00 p.m. del lunes para buscar a su gata, Pepper. Dentro de su Chevy Equinox negro estaba su nieta de cinco años, a quien Pollard cuidaba a menudo mientras la madre de la niña trabajaba.
Pollard condujo colina abajo desde su casa hasta el estacionamiento del restaurante. Preguntó a un par de cazadores que encontró allí si habían visto a Pepper.
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Lo que ocurrió después no es seguro, pero la policía ha especulado que es posible que, sin saberlo, haya caminado directamente sobre un trozo de césped que al parecer ocultaba un enorme agujero en el suelo, remanente de una extensa minería de carbón que terminó a principios de los años 50.
El viernes, la policía estatal anunció que se había encontrado el cuerpo de Pollard. Hasta el momento Pepper, la gata, aún no ha aparecido.
El lunes por la noche hacía frío y las temperaturas descendieron por debajo del punto de congelación. En el interior del Equinox, la nieta de Pollard la esperaba y finalmente se quedó dormida. Los investigadores consideran que fue un golpe de suerte que la niña no saliera del coche y se aventurara a recorrer los seis metros que la separaban del socavón.
Alrededor de la una de la madrugada, unas ocho horas después de que Pollard fuera vista por última vez, la madre de la niña llamó al 911 para denunciar la desaparición de ambas.
La menor fue rescatada por agentes de la policía que la encontraron sana y salva en el auto.
Pollard creció en Jeanette, a unas 12 millas (19 kilómetros) de Unity Township, donde vivió durante gran parte de su vida adulta. Pasó más de una década trabajando en Walmart y era conocida por ser una persona feliz. Ella y Kenny, su esposo desde hacía más de cuatro décadas, habían adoptado un par de bebés varones y los habían criado en la casa de dos pisos en Dos Drive.
Amaba a los gatos y se conectaba con casi todos los felinos que encontraba. En un momento dado, incluso tuvo unos diez gatos.