CHICAGO- Durante casi dos horas, una mujer le contó tranquilamente a un jurado del condado Cook cómo vio a su exnovio matar a seis miembros de su familia extendida dentro de una casa en Gage Park en el 2016.
La masacre de la familia Cruz-Martínez, que también cobró la vida de dos niños, fue el resultado de un robo que se salió fuera de control y en el que la pareja solo obtuvo $250, joyas, un Xbox y una alcancía, testificó Jafeth Ramos en corte.
Ramos y su exnovio, Diego Uribe, regresaban de una cita médica el 2 de febrero de 2016, cuando él le dijo que en lugar de ir a casa pasarían por la de su tía, donde tenía “un trabajo” que hacer, testificó Ramos.
En corte Ramos dijo al jurado: “En algún momento dijo que los iba a matar” y mostró un arma, pero: “No lo tomé demasiado en serio”.
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Cuando llegaron a la residencia que la tía de Uribe compartía con sus dos hijos, su hermano y sus padres, la familia estaba sentada para cenar y le ofrecieron comida a la pareja.
Pero Uribe pidió hablar con su tía, María Martínez, y Ramos dijo que ella los siguió hasta el ático en el segundo piso de la casa. Poco después, Uribe supuestamente sacó un arma y se la apuntó a Martínez, de 38 años, mientras exigía que le entregara“todo el dinero que había en la casa”, según Ramos.
Martínez se rió, recordó Ramos, pero al darse cuenta de que Uribe hablaba en serio, comenzó un forcejeo por agarrar el arma y según Ramos, Uribe le disparó en la frente y varias veces más.
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Cuando el hermano de Martínez, Noe Martinez Jr., de 38 años, trató de subir las escaleras, Uribe lo golpeó con una pistola hasta que cayó al suelo y le clavó la rodilla en la garganta hasta que dejó de moverse, dijo Ramos.
Cuando la madre de los hermanos, Rosaura Martínez, los siguió, Uribe supuestamente la pateó por las escaleras, dejándola inconsciente. Más tarde, Uribe supuestamente tomó un cuchillo de la cocina y apuñaló repetidamente al hombre de 58 años, dijo Ramos.
“No, Diego, ¿por qué me cortas la garganta?”, Ramos recordó y repitió en corte las últimas palabras de Rosaura.
Ramos testificó que los niños, Leonardo Cruz, de 13 años, y su hermano, Alexis Cruz, de 10, fueron obligados a ayudarlos a buscar artículos de valor en la casa. Ramos dijo que Uribe siguió a Alexis escaleras abajo hasta una habitación en el sótano.
Ramos dijo que escuchó “un grito o una risa” y Uribe volvió a subir solo. Ella dijo que luego bajó las escaleras y vio al niño tirado en un charco de sangre.
Uribe luego arrinconó a Leonardo en la sala, mientras suplicaba: “Solo quiero vivir”, antes de que Uribe lo apuñalara hasta la muerte, dijo Ramos. Luego, la pareja esperó a que Noe Martínez Sr., de 62 años, regresara a casa y según Ramos, Uribe también lo apuñaló fatalmente.
Los cuerpos fueron descubiertos cuando la policía realizó un control de bienestar en la casa dos días después. Uribe y Ramos fueron arrestados varios meses después, y Ramos, al ser interrogada, dijo a los detectives que Uribe había matado a los miembros de la familia y que ella era cómplice.
Los fiscales acusaron a ambos de asesinato en mayo de 2016 y dijeron que se encontró ADN de Uribe en la escena y debajo de las uñas de María Martínez.
En el contrainterrogatorio la abogada defensora Martha Soto le preguntó a Ramos sobre sus frecuentes lapsos de memoria durante su testimonio y sobre un acuerdo con los fiscales que algún día le permitiría a ella salir de prisión.
Ramos, que ahora tiene 25 años, se declaró culpable el año pasado de un cargo reducido de robo a mano armada con una sentencia sugerida de 25 años de prisión a cambio de testificar contra Uribe, dijo la fiscal del estado, Risa Lanier.
Mientras Ramos detallaba su relato el miércoles, Armando Cruz, el padre de los dos niños asesinados, comenzó a llorar y abandonó la sala del tribunal.
“Este va a ser un caso terrible”, advirtió al jurado la abogada defensora de Uribe, Felicia Weiss durante los argumentos iniciales, y les pidió que dejaran de lado sus emociones y observaran los hechos.
No había forma de que Uribe, ahora con 28 años, pudiera haber matado solo a los seis miembros de la familia, dijo Weiss, y en cambio sugirió que los asesinos eran “cuatro hombres enmascarados” que llegaron a la casa exigiendo dinero.
“Cuando no llegaba el dinero, empezaron a matar gente”, según Weiss. Uribe reconoció a uno de los hombres, quien luego amenazó a la familia de Uribe, dijo Weiss.
“Diego fue un cobarde”, dijo su abogado. “Él no habló. No señaló con el dedo a nadie… pero no es un asesino”.
El juicio continúa el jueves y se espera que culmine el próximo miércoles.
*Con información del Chicago Sun-Times*