El gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó un proyecto de ley que requiere que los minoristas que operan en internet y otros comerciantes fuera del estado cobren impuestos sobre las ventas, una medida que podría agregar alrededor de $1,000 millones anuales a los ingresos estatales.
La ley requiere que los minoristas de otros estados recauden impuestos sobre las compras con destino a una dirección de Florida.
Florida había exigido que el comprador pagara al estado los impuestos sobre las ventas. El nuevo proyecto de ley, firmado el lunes en la noche, traslada esa carga a los minoristas de fuera del estado o los comerciantes en línea, que tendrán que cobrar impuestos sobre las ventas estatales y locales de manera muy similar a como lo hacen las tiendas físicas.
La recaudación de impuestos sobre las ventas se destinará primero al fondo fiduciario de desempleo del estado, que ha experimentado una fuerte caída en medio de la pandemia de coronavirus.
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Una vez que el fondo de desempleo esté apuntalado, los ingresos generados por la medida irían al Fondo General del estado.
"Nos ayuda a reponer el fondo de desempleo que fue devastado por una pandemia que no fue creada por ninguno de los creadores de empleo aquí", dijo el representante Bob Rommel, republicano y partidario de la medida. "Vamos a rellenarlo sin cobrarles impuestos".
Algunos demócratas se opusieron al proyecto de ley y lo llamaron un impuesto regresivo a los trabajadores. También objetaron que las ganancias beneficien desproporcionadamente a los dueños de negocios.
"El gobernador acaba de promulgar un proyecto de ley para aumentar sus impuestos y dar los nuevos ingresos de $1,000 millones a las empresas", tuiteó la representante demócrata Anna Eskamani después de su firma.